Alfonso Reyes Ochoa nació el 17 de mayo de 1889 en Monterrey, Nuevo León, y falleció el 27 de diciembre de 1959 en la Ciudad de México. Fue un destacado escritor, ensayista, traductor y diplomático mexicano, además de ser uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX en América Latina. Su legado abarca tanto el impulso a las humanidades como su impacto en jóvenes escritores que más tarde serían figuras internacionales, como Jorge Luis Borges, Octavio Paz y Juan Rulfo.
Sus inicios
Desde muy joven, Alfonso Reyes formó parte del Ateneo de la Juventud, un grupo de pensadores y artistas que apostaban por una educación humanista, en oposición al enfoque positivista de la época. Compartió este espacio con figuras como José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña y Diego Rivera, lo que marcó el inicio de una vida dedicada a la reflexión crítica y la difusión cultural.
Grandes pérdidas
Tras la muerte de su padre, el general Bernardo Reyes, durante la Decena Trágica de 1913, Alfonso Reyes escribió el poema 9 de febrero, en el que expresa el dolor de esa pérdida. Posteriormente, se exilió en España, lo que dio inicio a su trayectoria diplomática en países como Francia, Brasil y Argentina, donde conoció a Jorge Luis Borges.
Puente cultural
Alfonso Reyes no solo representó a México en el exterior, también construyó puentes culturales entre América y Europa, fue fundador del Colegio Nacional y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Recibió distinciones internacionales como el Premio Nacional de Ciencias y Artes en México y doctorados honoris causa de Princeton, Berkeley y la Sorbona.
Obras literarias de Alfonso Reyes
A lo largo de su carrera, Alfonso Reyes cultivó el ensayo, la poesía, la narrativa y la crítica literaria. Sus obras más destacadas incluyen:
- Cuestiones estéticas (1911)
- El suicida (1917)
- Visión de Anáhuac (1917)
- El cazador (1921)
- Letras de la Nueva España (1948)
- 9 de febrero (poema en honor a su padre)
Un legado que trasciende fronteras
La figura de Alfonso Reyes es recordada en calles, bibliotecas y centros culturales de México. Fue un pensador con vocación universalista que supo conectar con su tiempo, con las letras y con las causas culturales de América Latina. A 65 años de su fallecimiento, su obra sigue inspirando a nuevas generaciones y fortaleciendo el diálogo entre las letras mexicanas y el mundo.