Con flores, veladoras y ofrendas personalizadas, miles de familias acudieron este 2 de noviembre a los panteones de Nuevo León para honrar la memoria de quienes ya no están, en una tradición que continúa arraigada entre generaciones.
Ambiente de nostalgia y convivencia
Desde primeras horas, el Panteón Dolores registró una alta afluencia de visitantes que arreglaron tumbas, limpiaron lápidas y colocaron detalles simbólicos. Muchos aprovecharon la ocasión para compartir recuerdos, anécdotas y momentos familiares en un entorno de respeto y reflexión.
Celebración que une a generaciones
Entre los asistentes destacaron adultos mayores que han mantenido la costumbre desde la niñez, así como familias completas que transmiten a sus hijos la importancia cultural de esta fecha. Música, alimentos favoritos y fotografías fueron parte de las ofrendas que evocaron la presencia espiritual de los difuntos.
Presencia emocional permanente
Las familias coincidieron en que esta visita anual es una forma de mantener viva la memoria de padres y seres queridos fallecidos, reforzando el vínculo emocional que trasciende el paso del tiempo. Algunos señalaron que acuden también durante el año para conservar las tumbas en buen estado.
Tradición vigente en Nuevo León
La conmemoración del Día de Muertos se mantiene como una expresión cultural profunda en la región, donde cada 2 de noviembre miles de personas se reúnen en panteones para recordar, agradecer y celebrar la vida de quienes formaron parte de sus historias.

